domingo, 30 de marzo de 2008
Malos y buenos escritores
Mi hermano y dos amigos están en la mesa del living/comedor, toman vino y hablan de música.
No es que no quiera escucharlos, es más, soy fanático de este tipo de charlas, pero tengo una necesidad/vicio/pasión/ de escribir.
Leí por ahí algo como que sólo Dios y los guionistas crean el destino de las personas. Estoy casi seguro de que era así, pero como durante tres minutos revisé las páginas del libro y no lo encontré, me la jugué... ¿Quién me va a juzgar? ¿Vos?
Me hizo pensar, y mientras me tapaba con la frazada de la cama porque la ventana estaba abierta (no debería estarlo, podrían entrar sujetos voladores y, por experiencia...), me planteé varias cosas... ¿Existe?... ¿Podría hacer un guión que tenga vida propia, que me lleve al éxito? ¿La estatuita de oro? Pibe, seguí leyendo que el martes tenés que criticar.
Cinco horas antes:
Mientras estaba sentado en el sillón de mi apartamento, que, para ser más honesto, es un futón (un sillón que se "hace" cama), escuché en mi ipod "shuffle"(sí, soy consumista) la siguiente letra: "...Desde que te perdí, se están enamorando todas de mí... Desde que te perdí, las puertas se me abren de par en par, se me abre hasta la puerta del Alcalá y yo aprovecho cada oportunidad..."
Qué boludez.
miércoles, 26 de marzo de 2008
El regocijar de una camada
- Buenas noches. Aparque por aquí por favor. (Ruido fuerte de pito y señas con aparato lumínico)
- Pero oficial, ya me estaba yendo a dormir. - agregué con tono poco varonil.
- Licencia y propiedad del vehículo.
- Sí señor, estaba por llegar a mi casa, la verdad, no soy de la noche...
Como el inspector no me esuchaba y sólo anotaba algo con cara de pocos amigos, eché un vistazo al horizonte y conté en dos segundos cerca de seis inspectores de tránsito, cuatro policías (como le dicen en mi ciudad: "milicos", "botones", "hijos de p...", etc). Y, para rematarla, dos "geos". Creo que recién habían salido del gimnasio.
- ¿Todo en orden oficial?
- Sí, pase por aquí que mi compañero le realizará la espirometría.
Pude percibir una leve burla del otro oficial, así que le pregunté:
- Disculpe, ¿usted esbozó una sonsrisa?
- No señor. Por favor, sople por aquí.
Traté de no soplar fuerte. A pesar de que me había cuidado en toda la noche de no tomar, era posible de que sucediera lo que iba a suceder.
Ti, ti, ti, ti, ti... ese ruido significaba que me retirarían la libreta de conducir y lo que era peor: el auto, un Vw Gol que ha viajado durante los últimos veranos por las costas de nuestro decepcionante país.
- Se le retira la libreta por 6 meses y el vehículo será llevado a la brigada.
Todos los oficiales estaban felices, habían pasado toda la madrugada del domingo para presenciar un rostro como el que tenía en ese instante.
Dos horas después:
- Buen día mi amor, ¿las llaves del auto? - me preguntó mi madre.
La quedé mirando.
- ¿El auto? - agregó con un tono demasiado elevado.
- Está preso mamá.
miércoles, 12 de marzo de 2008
En el campo de batalla
Alejandro lo había visto, y le aseguró a su hermano menor que debían atacar. Éste respondió:
- Nunca tuve ni voy a tener el valor de enfrentarlo.
Luego del diálogo, sólo hubieron miradas y gestos de asentimiento del menor, aceptando su deber como hombre: atacar.
La escoba hacía las veces de lanza, mientras que el papel de cocina mojado y hecho "bolita" funcionaba como granada. El miedo crecía, al igual que el enemigo. El primer intento fue frustado por la habilidad del oponente, por lo que decidieron cambiar de armas.
El viento de la noche de verano entraba por las ventanas, los violines y el bajo de Gotan Proyect hacían que la tensión creciera. Alejandro seguía con la lanza, pero su hermano optó por un producto mortal, capaz de matar al instante: el "Raid".
Al igual que Aquiles y sus mirmidones pisaron las playas de Troya, los hermanos ingresaron al campo de batalla a los gritos, el mayor acechaba al enemigo y su hermano gatillaba e intoxicaba.
Después de 20 minutos el murciélago huyó del cuarto.
Como si nada, se retiraron, el mayor descorchó el vino, se miraron y rieron.

viernes, 7 de marzo de 2008
You never can tell

"Ladies and gentelmen, now the moment you 've all been waiting for, the world famous Jack Rabbit Slims Twist Contest"... Pensé que con sólo ver bailar "You never can tell" a John Travolta y a Uma me iba a bastar, pero me encontré con un guion demasiado bueno ... gracias Quentin, ejem, en fin: banda sonora, actores, etc, hacen que este peliculón esté en mi podio.


miércoles, 5 de marzo de 2008
Sensación única
Salgo a la galería a buscar las botas. Cristi está en el sillón escuchando por segunda vez "Octopus s Garden". Mientras me las calzo, me habla por lo ventana, pero prefiero escuchar a Ringo. Igual sé, que, como todas las tardes, me aclara que tenga cuidado y que lleve gorro.
Voy hasta el escritorio a buscar los tacos y las fustas que están siempre en su lugar (“Orden es progreso”) y sigo mi camino a las caballerizas. Alejo está terminando con "Príncipe", Junior ya está arriba de "Fefo" y el "Tubiano" me está esperando. El cuero de las monturas predomina más que cualquier flor y el único sonido es el de la brisa del campo.
Al llegar a la cancha las ovejas salen corriendo y al despejarse parece que quedamos solos, cada uno con su caballo…
Siento los galopes y los “tacazos”, pero disfruto del viento, de la sensación única, difícil de explicar, de llevar la bocha, pegarle y sentir el viento en los ojos, así una y otra vez hasta que freno y miro el paisaje. El sol está casi por ocultarse pero dejándose que lo observe, los montes están calmos, ordenados, parejos. Verde y nada más que verde. Mis dos compañeros y sus caballos están cansados.
Llegamos a la casa, los faroles y el horno están encendidos, Cristi ahora nos mira, nos anima y nos hace reír... bien suavecito, “Lucy in the sky with diamonds”, me descalzo las botas, tomo agua, suspiro, pienso y ya no deja que lo mire.
Lo merezco
Por supuesto que no me despido de mi frustado humor (adjetivo a la izquierda... no lo pude resistir) pero me decidí a ESCRIBIR.
With a little help from my friends

Como siempre, el verano pasó demasiado rápido. Si cuento los días que fui a la playa serían más o menos como la cantidad de veces que:
- Marcelo Brasca le hace mimos a su esposa por día ( sin duda, pocas).
- Nuestro amigo el bibliotecario está parado... (cuando camina y te saluda va acompañado de "Freak out" de Chic).
- Santiago Lomando fue a clases.
Tampoco conocí a ninguna mujer... interesante, quise decir agradable... de ver, pero bueno ese es otro tema. Lo que sí hice fue divertirme con mis amigos y disfrutar de mi familia. Asi que sólo cumplí con dos de las cuatro consignas que aparecen en Gone going... el problema es que el verano pasa demasido rápido.