lunes, 22 de diciembre de 2008

El año no pasó rápido, la vida no pasa rápido. Hay que disfrutar



Foto: "copete" del título. No tiene por qué estar la botella.


Cuando era chico fui a una clase de guitarra, la única, porque el profesor era demasiado bohemio, a tal punto de que comía en clase, se iba, no volvía, iba a la casa y no estaba; en resumen, una clase. Poco no quiere decir al santo botón, o al pedo hablando mal y pronto, porque una sola frase me sirvió para la vida... Mentira, para escribir el último post del 2008.

Al final de la clase empecé a tocar canciones que me había enseñado mi hermano y entró el "profesor" con un refuerzo de jamón y queso y me dijo a la pasada y sin mirarme: "Ya la sabés, para qué la tocás, seguí tratando con las que no sabés".

No hablemos del año que pasó, no nos lamentemos con los fracasos o los proyectos que no sucedieron. Hay que mirar para adelante, para el futuro cercano, empezar el 2009 a ful monty (para que sepan que no estoy llorando con una copa de vino), con humor. Tratar de superarnos en todo lo que hagamos. Creo que ésta es la única forma de llegar lejos, por más talento que tengamos.

Abrazo grande, feliz Navidad y ojo con las bombas el 31.

5 comentarios:

Juan Marra dijo...

Grande, Ichi. Tu mensaje me emocionó casi hasta las lágrimas. Felicidades, un abrazo.
P.D.: yo sólo tiro chasquibunes.

pollo dijo...

Muy buena la frase y el post en sí, la verdad es una muy buena postura. Más aún si la decís con un sanguche en la boca. Felicidades Ichi. Un abrazo.

Nacho dijo...

Excelente operacionalizaión de la frase a la vida real. No tengo dudas de que vos aplicas esta teoría para con la smujeres.
Suerte por Mercedes y te mando un apretado abrazo

Tavo dijo...

Muchas felicidades!
Portese bien.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Ichi sinceramente no entendí el post, al final te quedaste con el sanguche del profesor o te levantaste a la esposa e hija del ya mencionado.
No compren fuegos artificiales, es todo una conspiración de green peace.
Odio a los ambientalistas, amo al señor Burns