lunes, 22 de septiembre de 2008

Fructífero viaje a mi ciudad

Me dirigía hacia la terminal de ómnibus en taxi, revisé la billetera y me cercioré de que llevaba $70. Se lo comenté al taxista y me dijo que me daba bien. Cuando llegamos me faltaban unos pesos y el señor dijo que no pasaba nada.
En el ómnibus un señor mayor borracho arrojó, lanzó o como le digo yo, vomitó. Sí. Paramos, el guarda limpió todo y seguimos camino a mi gargoleante ciudad. Me quedé sin batería en el mp3. El tipo que iba adelante de mí empezó a roncar, pero no era un ronquido leve, no no, o sea, parecía joda, el tipo tenía un parlante. Cuando vi que no iba a parar y me quedaban dos horas tuve que hacer algo. Primero "shhhhhhhhh" bien fuerte... No me dio bola, después grité- !No roncás nadaaaa!- y ahí se despertó y miró para el costado. Por si no aclaré eran las 4:30 de la matina. La gente me miraba con cara de miedo. No me importó.
De regreso a Montevideo me subí a otro carcomido transporte repleto de señoras mayores que conversaban como si nunca se hubieran visto y era obvio que se conocen desde los dos años. A la hora una chica empezó a tener como una especie de convulsiones, tomó una pastilla y se relajó, pero a la media hora parecía que estaba borracha y se sentía mareada, por lo que también tuvimos que parar en una ciudad y la atendió una ambulancia (o sea, el doctor que iba en ella). Las señoras mayores, una de ellas ex profesora mía de historia en el colegio (me habló de Chávez, de los uruguayos que residen en España, de Bush, de Obama, de un señor que le iba a vender huevos, etc), comentaban- Dicen que la muchacha esta se droga- y todas se manijeaban. Llegamos a Plaza Cuba y al guarda se le escapó un perro que iba en la bodega, la dueña estaba como loca.
La situación económica mundial, el ciclo económico, los asentamientos de Mercedes, los planes con su esposo, la crisis en EEUU (mi ex profesora). Llegué a Montevideo, fui a subirme a un taxi, había una cola de quince o veinte, me subí y ¿quién estaba? Sí señorita, el tachero que me había llevado a la ida y me había perdonado $10. Me costó 60, le di 100 y le dije: "está bien así maestro".

6 comentarios:

Tavo dijo...

Qué bárbaro. Encontrarse con el mismo taxista, es como encontrar una aguja en un pajar. Alguien dijo alguna vez que las ciudades tienen más taxis que sentimientos.
Abrazo

Gurú dijo...

Estás presenciando hechos muy raros últimamente: dejá la droga.

Juan Marra dijo...

¡No te pasó nadaaaa!

Nacho dijo...

Te lo vas a encontrar d nuevo al tachero y esta vez él te va a perdonar los 30 pesos de más que le dejaste.


P.S.1:también te va a presentar a su hija y te vas a casar.

P.S.2:obviamente a la semana te divorcias.

ichazo dijo...

Jaja... Nacho: tu comentario hace que mi vida sea más feliz.

Lu dlF dijo...

estoy segura de que la hija del tachero te deja porque piensa que sos millonario porque le dejas plata al padre y después se da cuenta de que sos un atorrante